viernes, 31 de diciembre de 2010

Adiós 2010, adiós ex!!

Para este 2011 les deseo que puedan sacar la basura a la calle y reciban el año limpios, sin cargas ni rencores, y con mucho espacio libre para recibir a un nuevo amor.

Ya está el libro en la calle, pueden comprarlo en éstos puntos de venta.






¿Hay una mejor forma de despedir el 2010 que dándole salida a tu ex?

lunes, 20 de diciembre de 2010

El video de la presentación

Gracias a todos por venir, ha sido una noche maravillosa.



martes, 14 de diciembre de 2010

Operación exitosa: tenemos libro.

Luego de dos intensos meses, finalmente Matemos a los ex vio la luz.




Fue un proceso intenso, movilizante y maravilloso. Mientras la mayoría de los escritores se toman meses e inclusos años para escribir sus libros, a mi me ha tocado sólo un mes para darle forma y un orden a todos mis pensamientos. Noches sin dormir, lágrimas, mal humor, agotamiento, ilusiones, son sólo algunos de los sentimientos que me atravesaron en estas últimas semanas.

Ayer salió de la imprenta y en breve llegará a sus manos. Mañana es la presentación oficial, el evento será conducido por la brillante Dalia Gutmann, habrá venta y firmas de ejemplares. La cita es en Julio A Roca 651 (Museo Minero) a las 19.30 (deben ir con DNI o cédula, se los pedirán en la puerta).

Quien quiera verme la cara (seguro de boluda contenta) es su oportunidad. Ahí podrán decirme resentida en persona y todas esas cosas que les gusta expresar en comentarios anónimos o en la vereda contraria, contarme por qué les ha servido refugiarse y contar sus vivencias en este blog. Muchos de ustedes serán protagonistas y verán sus historias contadas en primera persona. Para ellos el libro tendrá un plus de emoción imagino.

Los que no puedan adquirir el libro en la presentación tendrán que esperar una semanita más:

- Los que circulen por Capital Federal, podrán comprar su libro en las librerías y en los puestos de diario.

- Los que vivan en el Gran Buenos Aires, lo encontrarán en su librería de cabecera (en unos días publico los puntos de venta).

- Los que habiten en el interior, tendrán que esperar unos días más, pero llegará. Cualquier inconveniente me escriben.

- Los amigos del exterior, me mandan un mail y tendrán el libro en el buzón de su domicilio.


Creo que no me olvidé de nada, los espero mañana. Ojalá pueda verlos a todos...

¡Cambio y fuera!

jueves, 9 de diciembre de 2010

El “mejor” amigo

Calentando motores hasta la semana que viene que llega el libro, acá va una nueva historia.
La de Bere, que aún lucha para olvidarse de un gran amor.


Todo empezó en el verano del 2008, cuando mis amigas y yo, íbamos a ver a uno amigos a una cancha del barrio. Yo salía con uno de los chicos del grupo, éramos una linda pareja, pero nada serio, éramos chicos, no queríamos compromisos.


Un día, arreglamos para ir al shopping todos juntos, y lo vi. Era tan lindo, tan perfecto pero imposible. Era amigo de mi novio y además pensaba que un chico así nunca me iba a dar una chance. Al pasar los meses, lo conocía más y hablábamos todos los días por teléfono. Pronto nos convertimos en "mejores amigos".


Mi amor por el no lo sabia nadie, me había jurado a mi misma que iba a ser un secreto. Y así fue, hasta que una tarde lo vi besándose a una chica y me rompió el corazón. No me lo podía callar así que decidí contárselo y después de escucharme, me dijo que el sentía lo mismo por mi.

No me olvido mas el 30 de julio, un amigo, había fallecido por una enfermedad que tenia y vino a verme. Yo ya no salía más con mi antiguo ex novio, y ese mismo día, nos dimos nuestro primer beso. El 6 de agosto nos pusimos de novios.


Tuvimos una relación hermosísima, pero todo lo que empieza acaba. Él tenía un nuevo grupo de amigos, que lo mal-influenciaba y ya no era el mismo conmigo. El día de nuestro aniversario me dijo que tenía otra relación paralela a la nuestra y que estaba enamorado de las dos.

Me costó mucho superar que la persona que más amaba en la vida, me haya traicionado de esa forma, que se haya cagado en mis sentimientos. Después de un largo proceso y con la ayuda de mis amigos, logré olvidármelo. Me corrijo, logré que ya no doliera más. Pero, ahí volvió con sus lamentos, arrepentido, pidiendo una nueva oportunidad; y yo ingenua lo perdoné.

Debería haber escuchado esa frase que decía “el que te caga una vez, te caga toda la vida”. Estuvimos cinco meses difíciles porque no había confianza y ya no éramos los mismos. Me dejó argumentando que a su mejor amiga le dolía nuestra relación, porque “le tenia ganas” y se quería alejar de él. Y como es taaan buen amigo, eligió quedarse con ella, no la quería perder.

Hoy en día, después de un mes de este final que también me rompió el corazón, trato de superarme día a día y entender que las cosas son por algo, que aunque lo ame con todo mi corazón, estar a su lado no es lo mejor. Entonces yo me pregunto, ¿qué hago con tanto amor guardado?

martes, 7 de diciembre de 2010

Matá a tu ex en vivo!!!

Los espero a todos en la presentación, la entrada es libre y gratuita. Tienen que asistir con DNI porque se los van a pedir en la puerta. Ojalá puedan venir así nos conocemos...



Y acá la convocatoria en "vivo" que armamos con el amigo Mc Fly
No somos actores, esto no es ficción, somos un grupo NO armado que tenemos sed de venganza. Una franquicia de Al Qaeda en cuestiones del corazón. Con ustedes el primer comunicado a la población, los invitamos a mandar sus videos: hay que escrachar a los ex.... Compartan el mensaje, cuantos màs seamos, más lejos llegará!


viernes, 3 de diciembre de 2010

La Bilardo de las relaciones

Adelanto exclusivo del libro "Matemos a los ex", en diez días en su librería amiga.


La cosa es simple: vos me dejás por otra, yo te hago la vida imposible. Siempre lo supo, desde el comienzo de la relación, cuando le decía “mejor que me tengas de amiga antes que de enemiga”. Él se reía creyendo que era un chiste, yo no me reí nunca. ¿No quiso oír? Acá tiene los resultados.

En seis meses, desde que me enteré que se curtía a su mejor amiga, al pobre le pasó todo esto:

- Recibió cuatro kilos de helado de distintas heladerías la primera vez que ella fue a su casa en calidad de novia.

- Llegaron a “buscarlo” diez taxis durante toda la noche con un pedido expreso: toque timbre porque no se escucha la bocina desde adentro.

- Lo indagó la policía porque un “vecino” efectuó una denuncia por ruidos molestos.

- Lo despertó un grupo de Testigos de Jehová sábados y domingos a la mañana porque les dije que en esa casa vivía una persona fanática de Cristo, que seguro quería sumarse a sus filas.

- Una mañana abrió la ventana y se encontró con un hermoso pasacalle: “Luisito, ahora que conozco otras puedo comprobar lo chiquita que la tenés. Anónimo”.

Beneficios de vivir a una cuadra de distancia, pude ver toda la escena escondida detrás de un árbol. Gracias vida por darme tantas alegrías.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Con ustedes: la Mujer Mono

O la lucha de una mujer para no caer una y otra vez en las garras de su ex.

Un nuevo confesionario que por razones obvias, quedará en el anonimato total.


La única forma de no arrastrarme a sus pies es dejándome de depilar. Hace cinco meses que me dejó, cinco meses sin sexo, cinco meses llorando abrazada a la almohada y contándole a mi perro todo lo que me pasa, rogándole una explicación a tanto dolor e incertidumbre. Repitiéndome: “Sólo quiero estar con él”.

El tema es que si me depilo, entonces voy a estar divina y preparada para caer en cualquiera de sus trampas, que sólo me hacen feliz por una noche.

Si no me depilo, se anula cualquier tipo de contacto y yo gano… ¿gano? Si me da hasta vergüenza mirarme en el espejo, ni te cuento ponerme crema, jamás había llegado a tanto. Qué Horror, ¡basta! Me propongo terminar con la agonía, ir a la peluquería para volver a ser mujer, ponerme divina sólo para mí y ni siquiera pensar en él. ¿Se podrá? Por favor, necesito saber que sí...


viernes, 19 de noviembre de 2010

domingo, 14 de noviembre de 2010

Seguí mintiendo si te quedan ganas…

Como adelanto del libro, una de las historias del capítulo "Detector de mentiras". A ver si ahora se entiende: a veces se necesita sangre para dar vuelta la página y hacer justicia...


Todas las frases que voy a nombrar a continuación, fueron mentiras salidas de la boca de la misma persona; mi ex. En el término de un año escuché:


- Me tuve que quedar en el trabajo.

- Vuelvo más tarde, mi jefe se quedó con el auto camino a Entre Ríos (¿Y desde cuándo trabajás para el auxilio mecánico?)

- Me encontré con un amigo que hace muuuucho no veía.

- Me llamaron los chicos, reciencito se armó partido de fútbol, chau.

- La última, que fue la “master mentira” de todas: disculpame que llegué tan tarde, es que me pusieron algo en la cerveza, no me acuerdo de nada, me afanaron, ¿no ves que estoy descalzo?

Ése mismo día le saqué las llaves y lo puse de patitas en la calle. Por supuesto me quedé con todo. Alguna indemnización me merecía por soportarlo.



Matemos a los ex, en diciembre en su librería amiga. Para seguir todo el proceso, pueden registrarse acá.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Gracias por la casa, sos un amor…

Me llega la historia de Juan y se me estruja el estómago. ¿Será porque siempre me tocó heredar tipos lastimados que de una forma u otra, me hicieron pagar los platos rotos de sus ex? A ver si gracias a su relato, entendemos un poco más algunas conductas masculinas...



Cuando la conocí sufría de anorexia y después, ya en la relación, me enteré que también tomaba pastillas. Su cuadro era angustiante, me la presentó una amiga en una fiesta y la amé al instante. La aparente fuerza de voluntad para salir adelante que demostraba me cautivó. Ese día nos fuimos juntos y durante seis años nos hicimos inseparables. Claro, con momentos mejores y otros peores, pero siempre juntos.


No fue fácil, por supuesto. La llevé a vivir a mi casa para que saliera de su círculo familiar, grandes culpables de su enfermedad. Me banqué a su lado toda su recuperación, le cortaba los alimentos en trocitos para que cumpliera con todas las comidas que le indicaron y la vigilaba con una paciencia que no creí que tenía. Nunca la traté como a una “hija”, siempre fuimos pares y compañeros, ella también se ha bancado cosas mías. Pero avanzamos, nos compramos juntos una casa, la decoramos al gusto de los dos, vivíamos riendo.


Fue y aún creo que es (simplemente porque no me volví a enamorar) la mujer de mi vida. Pero parece que para ella no fue igual. Hubo un antes y un después de su recuperación. Mientras estuvo enferma y triste, parecíamos la pareja que más se amaba en el mundo. Una vez “curada” la realidad fue otra.


De un día para el otro comenzó a espaciar los llamados. Éramos de hablar muchas veces al día, para estar comunicados pese a las obligaciones de cada uno, pero sin explicaciones ella dejó de disfrutar ese contacto: “No podemos hablar tan seguido, ya no tengo nada que contarte, me aburro”. Lo mismo pasó a nivel sexual. Nunca más me buscó ni generó un encuentro, al parecer le daba exactamente lo mismo que pasemos dos semanas sin sexo.


Por supuesto, comencé a sospechar. Era otra mujer, distante, cuando llegaba a casa no sólo no me preguntaba cómo había sido mi día sino que a veces ni siquiera estaba. Mi vida se transformó en un infierno. No me interesaba estar con otras mujeres (aunque posibilidades no me faltaban), yo la quería a ella y no podía creer cómo se había transformado en ése monstruo que dormía a mi lado.


La comprobación llegó algunos meses después. Estaba embarazada y no le quedó otra que confesar, no daban las cuentas para que ese hijo fuese mío. Mucho problema no se hizo, me dijo que desde hacía un tiempo se estaba viendo con un compañero de su oficina, que ya no tenía deseos de estar conmigo y que no me hiciera problema: podía quedarme con la casa y todos los muebles, ella se iría.


No puedo explicar mi sensación, si bien siempre sospeché que estaba con alguien, esto era demasiado. ¿Qué carajo me importaban la casa y los muebles, si acaba de recibir el golpe de mi vida? Me sentí defraudado, no me lo merecía, la ayudé en los momentos que más me necesitó como nadie.


No pude decirle demasiado ni tampoco me quise quedar en reproches. Ya había un bebé en camino, no había vuelta atrás. Así ella se hubiese querido quedar conmigo (cosa que ni siquiera intentó) no la podría haber perdonado. Fue el mayor acto de deslealtad que viví en mi vida, ¿no era más simple decirme que se había enamorado de otra persona en lugar de comportarse tan mal conmigo?


Hace poco me enteré que nació su hijo, que vive con el compañero de oficina y que es feliz. La odio, no le deseo el mal, pero no la puedo perdonar y eso no me permite confiar en nadie. Me volví un ser oscuro, introvertido y medio depresivo. Mi tristeza no tiene fin, di todo y me pagaron de la peor manera, ¿cómo puedo apostar a otra persona con esta mochila encima?


miércoles, 3 de noviembre de 2010

¿Encima que me engañas, me dejás un regalito?

Por razones que comprenderán al final del relato, la protagonista de esta historia pide que se reserven sus datos personales. Cinco años y una mochila muy pesada que necesita compartir...


Cuando conocí a mi ex no imaginé que gracias a él conocería lo peor de mi. Un día común en una salida con unas amigas lo conocí, fue amor a primera vista, ése mismo día vacilamos, pololeamos, pasamos el rato juntos, al día siguiente me llamó y comenzó nuestro idilio amoroso. Me sentía en las nubes, capaz de luchar contra el mundo por él, perdí la noción del tiempo, de responsabilidad mi mundo era él.

Todo iba bien, hasta que un día, sospeché que me engañaba, después de mucho negarlo, de varias peleas y reconciliaciones monumentales, con la excusa de que se iba del país me terminó. Me la pasé desconsolada y tratando de entender porqué me dejaba, hasta que un día lo encuentro en la puerta de mi facultad abrazado con un tipa que consideraba mi "amiga". No sé que me dolió más si su traición, la de mi "amiga" o la cara de pena con la que todos me miraban.

Algo se destruyó dentro de mi ese día, decidí hundirme: ingería licor, comencé a fumar, me dedique a "vivir la vida", nada tenia sentido para mi, quería morirme e intente descubrir hasta que punto podía destruirme. Poco más de un año de esto, estando con otra persona, descubrí que estaba embarazada y apenas lograba recuperarme del shock cuando tuve un aborto. Sentía que caía lentamente hacia un abismo, toda mi vida se derrumbó a mis pies, para completar el cuadro la razón de mi aborto fue que tenia una enfermedad venérea, trasmitida por mi fabuloso ex.

Tengo una laguna mental, no sé bien la cronología de los hechos desde que conocí la enfermedad, gracias a Dios (que ha sido mi fortaleza todo el tiempo), pude recuperarme de salud, aunque las heridas del corazón aún no cicatricen del todo.

Han pasado 5 años de aquello y aún no me recuperó, cada experiencia ha sido demasiado dolorosa, nunca seré la misma, no confío en nadie, espero que el amor no me abandoné y que algún día encuentre un hombre en el sentido literal de la palabra, porqué el que conocí no puede ser llamado asi.

jueves, 28 de octubre de 2010

La cenicienta, version moderna y real...

Podría ser el guión de una película de suspenso pero lamentablemente, es una historia real. Carolina, intentando dejar atrás fantasmas, comparte con nosotros el momento más triste de su vida.


A los 18 años me puse de novia, y tal vez esto parezca una historia de pendeja que te está contando que tuvo un novio un año y la dejó, pero esto es un poco más complejo. Si bien a los 18 años me puse de novia, con una persona más joven que yo, pasado un año decidimos vivir juntos.

Y si. Una persona menor de 18 años no te puede dar nada, pero yo nada tenía tampoco en ese entonces, vivía en una casa donde los problemas eran descargados a mi, dormía poco y nada, iba a una escuela doble turno, ya nunca tenía paz, sólo cuando iba a ver a mi novio a 150 km de distancia (un colectivo, un tren, un subte y un micro y 6 cuadras de distancia) tenía paz. Él era el amor de mi vida, el amor de una adolescente llena de pesares.

Su madre me quería mucho, siempre decía que le hubiera encantado que sus dos hijas (menores que él) fueran así de educadas. Decía que ellas eran un poco malas por la falta de su padre, un marido golpeador que fue desterrado por su mujer, y que ella no imponía disciplina porque había erradicado la violencia de la casa. Esta mujer me invitó a quedarme a vivir con ellos. Dijo que no hacía falta que le diera nada, sólo que trajera mis cosas y lo único que pedía a cambio era que no permitiera que su hijo dejara la escuela, pues este era muy inteligente pero tenía algunos problemas para cumplir (una señal que yo debí haber visto), que ayudara a que él cumpliera con la escuela y que siguiera fomentando sus dotes de escritor con un segundo libro publicado por él.

Entonces una mañana me fui de casa sin decir nada. Junté mi vida en un bolso verde mediano deseando salir sin ser escuchada, lágrimas de por medio sabiendo que nunca me iban a perdonar esto mis viejos, mirando mi triste habitación que compartía con mi hermano y pensando en él, ese "hombre" que me amaba y me juraba amor eterno, una casa feliz, una vida mejor, mucho amor y mucho cariño. Y así fueron las primeras 8 semanas.

Vivíamos con él en el garage, que estaba ambientado como una habitación. Yo ayudaba en la casa mientras buscaba un trabajo e iba a la escuela, mi suegra al comienzo decía "gracias" y él al comienzo hacia las cosas a la par mío. Mis cuñadas no me hablaban, pero yo entendía que era una extraña en su casa. Pero con el tiempo las cosas fueron cambiando. Mi suegra empezó a pedir más y más favores, y pronto los favores fueron órdenes. Mi novio se transformó en la fiel imagen de su padre, la que me relataron, y luego de unos cuantos meses empezaron las peleas a la madrugada, como a esta hora. Siempre a las 3. Y pasaba el tiempo y los golpes se volvían más fuertes, primero eran cachetadas, luego piñas, luego patadas, y siempre mucha sangre y muchos moretones.

Tras de eso, el único trabajo que pude conseguir fue limpiando la casa de una señora, la cual a veces me tenía todo el día lavando y limpiando y me mandaba a casa a las 21.30 con $10 en el bolsillo y mucho cansancio.

La plata que juntaba me servía para aportar algo y comprarme ropa, ropa que me duraba semanas y luego aparecía manchada con lavandina o cortada con rabiosos tijeretazos. Y por más que yo me quejara nunca eran castigadas las culpables.

Y así estuve un año entero, viviendo en una casa sintiéndome cada día que pasaba una pobre negra de mierda que trajeron para limpiar. Mi suegra me extorsionaba diciendo que después de todo yo no tenía a donde ir, y era cierto. Yo me había ido de casa y lo sabía bien. A veces lloraba de noche, en la oscuridad de un triste garage, tratando de ahogar lo más posible el llanto porque al lado mío dormía la persona que yo amaba, la persona que me miraba a los ojos y me decía "te amo" y la que en noches como esta y a esta hora, si me escuchaba llorar me levantaba de los pelos y me tiraba al piso para patearme y escupirme.

El tiempo fue pasando, en resumen de muchas cosas, y un día llegó diciembre. Un 19 de diciembre yo tenía pasajes para venir a pasar año nuevo en casa con mi familia. Me había animado a pedirle a mi vieja perdón por haberme ido y permiso para compartir con mi familia un brindis ese 31. Iba a viajar el 28 temprano junto con él, íbamos los dos a pasar unos días en compañía de mis viejos y mi hermano y luego volveríamos a su casa. Pero ese 19 se terminó de pudrir todo.

Yo había comprado ropa con todo el esfuerzo del mundo, me había comprado un pantalón y una remera que pensaba estrenar en las fiestas, y ambas prendas aparecieron rotas en pedazos. Y yo le exigí a él explicaciones, pensando que alguna vez iba a defenderme de la hijaputez de sus hermanas y el desinterés de su madre. Nos peleamos. Y yo fui a llorar al lavadero que estaba junto al garage, entre el llanto y la bronca, las risas lejanas de mis cuñadas y en mis oídos un "negrademierda, negrademierda, negrademierda..." le di un manotazo a un vidrio de la puerta. El vidrio estalló en mi mano y me cortó la palma.

pegar con un palo de escobas y No recuerdo bien lo que pasó después, sólo recuerdo a mi suegra insultándome y queriendomegritándome "yegua, negra de mierda, puta, loca, enferma" y a él ahí, mudo, mirándome sin decir nada. Ella seguía gritándome y esta vez si, golpeándome con ese palo maldito. Yo rogándole que ya no me pegue más y me escuche, mi mano seguía sangrando más. Lo único que pensaba en ese momento era en un médico, quería que me parara de sangrar la mano y pensaba que iba a hacer ahora, porque ella no me iba a dejar quedarme una noche más y yo recién volvería en 9 días a ver a mi madre. ¿qué iba a hacer durante 9 días? No tenía amigas, no conocía a nadie más que ellos. Y ahí estaba él, mirándome.

Ella se negó a llevarme al médico ya que decía que en el hospital harían una denuncia por violencia familiar. Para evitar que yo me fuera sola en la noche cerró el portón de la calle con llave. Yo me fui al garage a buscar restos de ropa para ponerme en la mano, mi remera nueva color rojo sirvió muy bien. Apreté fuerte en la herida y me senté a pensar.

Él me mataría en la noche, a las 3 de la mañana mientras todos estén durmiendo, y yo tenía muchísimo miedo ya que no podría defenderme sola. Él odiaba mi llanto y siempre sospeché que le gustaba mucho tener razones para pegar.

Escuché la conversación que tuvieron él y su madre. Parecía una conversación de mafiosos, planificando qué harían conmigo como si yo fuese un testigo de asesinato. Arreglaron que yo me quedaría hasta el día 28 en su casa pero sin salir a ningún lado, para que los vecinos no vean que me lastimé ni pregunten cómo había pasado, y luego del 28 no volvería nunca más.

Y así fue. Me quedé esos 9 días en esa casa. Esa noche me acosté a dormir y mi mano empezó a doler como si me estuvieran arrancando la vida por la palma. Él durmió a mi lado mirando hacia el otro lado, me dijo que no le hablara y que no quería escucharme llorar, juró por dios y por su puta madre que si yo habría la boca me mataría. Yo lloré a las 3. Me arrodilló y me pegó un rodillazo en la boca.

Así pasé la Navidad. Comí pollo de delivery con un nudo en la garganta imaginándome qué me dirían en mi casa. Esos días, tanto los 9 días de espera con una mano lastimada, con el miedo de llorar de noche, con los golpes, con los moretones, fueron los días más amargos que viví. Así como toda esa estadía en una casa donde el amor era un decorado para la visita. Luego de los 9 días de espera volví a la casa de mis papás, incluso con la compañía de él, el cual no quería que viniera sola.

Una semana después él se fue y yo me quedé. Nunca más lo volví a ver.

miércoles, 20 de octubre de 2010

¡Venganza!

¿Alguna vez pudiste vengarte de un ex?

Mandá trucos, estrategias e historias de venganza a matemosalosex@gmail.com


Todas serán tenidas en cuenta para publicar tanto en el libro como en el blog.





¡¡¡Hay que hacer justicia!!!

domingo, 3 de octubre de 2010

¿Tu ex merece quedar en la historia?

Como conté en el post anterior, en pocos meses el libro de Matemos a los ex estará en la calle. Y como desde el inicio, al blog lo hicimos entre todos, propongo lo mismo para el libro. Arranca la convocatoria, tienen una semana para enviar su texto a matemosalosex@gmail.com

La idea es que reflejen su historia con lujo de detalles: cómo se inició; qué hacían antes ustedes; qué buscaban; qué sucedió finalmente y cómo se encuentra la relación en la actualidad (si tienen o no contacto, si lo mandaron con una estampilla a otro país o contrataron a un sicario para que acabe con todo). Todos los que quieran matar a su ex, manden su historia y pongan en el asunto del mail: Muerte.

También vamos a hablar sobre las distintas categorías de ex, así que si creen que el suyo se ajusta a algún modelo en particular, pueden hacer mención del mismo y explayarse sobre el tema. En el asunto pongan: Tipos de ex.

¿Hicieron cosas descabelladas para recuperarlos? También pueden mandar su texto bajo el asunto: Confesionario.

¿Detestan a alguien de su entorno que durante la relación los molestó y ahora separados, sigue metiendo sus narices (o le siguen guardando rencor y deseando que caigan en una hoguera hirviendo)? Hagan catársis bajo el asunto: Daños colaterales. Si quieren matar a la ex de su actual pareja (Uff) también manden con éste título.

¿Creen que su relación fue bizarra, cómica, patética, insólita? Manden su historia con el asunto: Increíble.

Y todo lo que crean que sume: ideas, historias, particularidades, ¿qué les gustaría leer?

¡Cuento con ustedes!

lunes, 27 de septiembre de 2010

Saltamos al papel!!!

Desde los 18 años estuve de novia. No con la misma persona, por supuesto, pero como una especie de cadena aceitada uní una relación tras otra sin darme demasiado respiro. Durante esos años coleccioné anécdotas, lágrimas y desamores. También a un puñado de ex de todo tipo. A varios de ellos los recuerdo con cariño, a otros mejor olvidarlos. O asesinarlos en éstas páginas.

Durante mi última relación tuve infinitas peleas-separaciones, varias de ellas duraron meses pero como dos neuróticos, sistemáticamente, volvíamos una y otra vez. Parece que nos encantaba sufrir, era algo así como una adicción a lastimarnos: tomá, la vez pasada no sufrimos tanto, ahora vengo perfeccionada, con nuevas herramientas para que ambos lo pasemos mal. Y lo mismo pasaba inconscientemente desde su lado imagino.

En cada una de esas peleas, cuando pasaba el torbellino de enojos y entraba en escena la despedida final, el abrazo eterno, mi ex se empecinaba en agregarle dramatismo. Parado en la puerta, un segundo antes de irse, deslizaba siempre lo mismo: "Yo sé que vas a llegar, sos grossa, dedicame tu primer libro que yo en algún lado voy a estar feliz por vos". Detestable, gracias por el voto de confianza pero agarrá tus cosas y dejá de empeorarlo todo.

Hoy, varios años después y felizmente en pareja con otra persona, arranco a escribir mi primer libro. Matemos a los ex estará en la calle en diciembre, no sé a dónde pretendía que llegue pero acá estoy. No sé a dónde estará él, pero ya no me importa, se cerró el círculo. ¿Si era éste el libro que me alentaba a escribir? La respuesta es no, mil no, pero sin planearlo me llenó de material. Ahora espero el de ustedes, en unos días se abre la convocatoria, vayan escribiendo que pronto tendrán novedades...

viernes, 17 de septiembre de 2010

Aquí y allá...

Un ex en el pasado, un ex en el presente y en el medio, un mea culpa. Con ustedes: Carolina.


Yo tuve un ex de mierda con el cual fuimos y vinimos varias veces, bah, en verdad él iba y venía, yo estaba siempre... Cuando cortábamos parecía percibir que lo estaba por olvidar y hacía una estrepitosa aparición que movía mi mundo. Desde hace año y medio estamos viviendo juntos. No es de él de quien quiero hablar sino de mí.

Mi primer novio me amaba incansablemente; yo lo dejaba a cada rato, no le brindaba ni un poco de atención, me molestaba que me abrazara o besara en público, no quería ir a su casa, lo plantaba todas las semanas, una mala novia.

Pero una peor ex novia fui. Si cortábamos y lo veía o intuía que podía estar con alguien más, era yo quien reaparecía estrepitosamente en su vida.

Y hacía algo horrible. Me ponía hablar con la muchachita en cuestión muy amablemente, como haciéndome la amiga y luego le decía a él en voz baja y bien cerca estas palabras mágicas: "ay, me pone tan feliz verte bien! es divina fulanita!!!".

Esto terminaba siempre con él diciéndome que conmigo era más feliz, dejaba a la chica en cuestión y volvíamos a ser novios.

Igual no siempre fue esa mi intención, la última vez se lo dije de corazón. En ese entonces yo estaba muy enamorada de alguien que no se lo merecía y él estaba con una buena mina. Mi inocencia me hizo creer que podíamos llegar a ser amigos... mis palabras mágicas de siempre, ahora sinceras, repercutieron como cada vez con una confesión de amor de su parte.

Me dio tristeza tener que admitir que esa persona nunca más iba a estar en mi vida en el lugar que yo quería. Tuve que dejarlo ir, finalmente.

Fui mala ex y tuve mi mal ex también. Tuve un buen final con un ex, ahora vivo un final feliz con mi ex.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Diez años de pena...

Una historia terrible y un claro ejemplo que de todo se puede salir, incluso del peor de los infiernos... Hoy la valiente que comparte sus vivencias es Laura Bravo.


Tengo 40 años pero esta historia empezó a transcurrir cunado tenía 33, conocí a un chico que tenía 18, me enamoré y me fui a vivir con él. Durante la convivencia me vi obligada a tomar dos decisiones: mantenerlo (él a su vez mantenía a la madre y a un hermano con SIDA) y abortar un embarazo deseado porque él cambió de idea sobre la marcha y yo sentía culpa por endosarle un hijo siendo tan chico.

La relación terminó a los dos años y yo no pude completar el duelo. Empecé a tener fobias, convulsiones, trastornos de alimentación y cerca de seis intentos de suicidio. Mi patología se fue agravando hasta que en el 2006 terminé internada en un neuropsiquiátrico estatal porque me denunció la que era mi psiquiatra. Consideró que, viviendo sola y en ese estado de angustia, no podía responder por mi vida.

Un neuropsiquiátrico estatal implica: comer polenta con grumos, que te hagan desnudar junto a una larga fila de mujeres para ducharte con agua fría a las 7 de la mañana, que te hagan abrir la boca para ver si tomaste la medicación y que te revisen una vez por semana la cabeza con un lápiz para ver si tenés piojos.

Me sacaron mis padres cuando cumplí los tres meses que impone el juez. Tres meses infinitos. Al 2007 lo pasé encerrada. Tomaba una medicación que se llama Olanzapina que evita que te mates pero que te transforma en un vegetal. Sólo comés y dormís. Engordé 30kilos.

En el 2008 me plantearon que fuera a Ramsay para que evaluaran mi discapacidad. Dos médicas determinaron que iba estar discapacitada mental por un mínimo de 10 años, renovable. El diagnóstico era Depresión Mayor con Recidivas y Trastorno Límite de Personalidad. Estaba hiper medicada. Consumí un promedio de 8 psicotrópicos por día en dosis aterradoras.

Después de tanto recorrido se me había acabado el dinero para la atención privada y los medicamentos así que terminé apelando al hospital público. Allí me tocó una psiquiatra que me propuso hacer un trabajo más espiritual y creativo. Entendiendo la espiritualidad en un sentido amplio. Comprendiendo a Dios como inspirador y fuente vida pero sin ningún fanatismo. Completé el trabajo con mucha escritura y con talleres que me conectaran con el cuerpo como la Bionergética. Hice otros ejercicios como caminata, algo de reiki, cambié de alimentación y perdí los 30 kilos que había aumentado.

En noviembre de 2009 decidí dejar toda la medicación psiquiátrica. Fue complejo: tuve alucinaciones y dolor físico. Insomnio, mareos, sensación inminente de muerte. Pero me propongo escribir y hacer cine y ambas actividades son incompatibles con un cerebro desmemoriado, sin capacidad de abstracción y minado por las drogas. Las primeras semanas no podía dormir sola. Me llevé un colchón cerca del dormitorio de mis padres porque no soportaba la idea de que me pudiera pasar algo. Estaba muy vulnerable.

Recién este año retomé mis estudios de cine, estoy escribiendo una novela y comento libros y películas en una radio de la Universidad de La Plata. En lo peor de mi experiencia sólo se me ocurría pedirle a Dios que me llevara a su lado para no sufrir más. Ahora recuperé el placer de vivir la vida que vivo.

Estoy apostando a mis proyectos y a mi realización. Se me fueron casi 10 años en padecimientos pero confío en que lo mejor está por venir...

lunes, 30 de agosto de 2010

Confesionario: Seguimos sumando patétic@s...

¿Fuiste o sos patético como ex? Mandá tu historia, todos los lunes un nuevo confesionario, para que no te sientas solo, no creas que sos el único capaz de cualquier locura por amor... o por estupidez. Porque no solo tenemos que matarlos a ellos, sino que también tenemos que aprender a no convertirnos en un ex odioso digno de ser ajusticiado...

Hoy, el confesionario de Milena:

Lo que hice en mis primeros días y años de "ex", después de que me dejó aduciendo que había conocido a otra señorita y que le gustaba mucho, por lo cual la única solución era estar con las dos al mismo tiempo, y si yo no quería, se quedaría sólo con ella:


1) Le regalé un poema pedorro que yo creía maravilloso...

2) Fui a visitar a la chica que vivía con él (su room mate, no su novia) en el preciso instante en que él estaba con su novia nueva y haciéndome la desentendida, como que sólo quería ser re amiga de su compañera de alquiler, me quedé en la cocina mientras él garchaba con su nueva novia en su habitación...

3) Comencé a sonreírle a todos sus amigos para que pensaran que yo era la chica piola que él se había dejado por el camino. Más bien pensaban que era flor de trola, pero no me daba cuenta...

4) Por supuesto, lo llamé una y mil veces "para ver cómo estaba". Una de esas veces, se ve que estaba harto y me dijo "mucho mejor desde que no estamos juntos". ¡¡¡Hijoeputa!!! Yo le dije "ah, bueno"...

5) Pasé por la puerta de su casa y de su trabajo mil veces con tipos que ni me importaban para demostrarle que ya había superado lo nuestro, a pesar de que seguía demostrándole un gran interés...

6) En un momento se enojó porque alguien le había dicho que yo hablaba mal de su novia actual (cosa que juro no era cierta, aunque ganas no me faltaban). Me enojé porque no me creía, pero en lugar de hacérselo saber, le dije: "Qué pena que exista este malentendido, para mí sería terrible perder la buena relación que tenemos por una pavada como esta" (¿¿qué relación??)...

7) Le dije el clásico: "quiero luchar por las cosas que me importan y no dejar todo librado al azar". Él contestó: "no hay nada por qué luchar"...

8) Finalmente, ante el fracaso estrepitoso de todas estas estrategias, me convertí en su amante durante 3 años. Se salió con la suya: logró estar con las dos al mismo tiempo, pero esta vez la oficial no era yo. Qué boluda...

De cualquier modo lo peor fue lo que hice cuando me dejó mi novio a los 15: le mandé todas las semanas cartas anónimas con letras de canciones de amor, perfumadas con mi perfume. Eso sí fue patético. Pero me escudo en que tenía sólo 15 años. Las que van del 1 al 8 las hice ya de grandecita, así que sí, suuuuper patética!!!

jueves, 26 de agosto de 2010

Quién se va sin que lo echen...

La valiente lucha de Sofi por desprenderse de un gran amor, que sin dejar de amarla, decidió partir para probar nuevas experiencias. ¿Se puede luchar contra el corazón? Parece que sí, ella al menos lo intenta...



Lo mío con mi ex fue amor a primera vista, aunque nunca creí en esas pelotudeces, para amar hay que conocer, vivir, compartir, pero cuando lo ví, supe que había algo en él. Estábamos en la puerta de un boliche al que no nos habían dejado entrar, cuando una amiga se acerca a un auto para saludar a unos compañeros de la facultad. Y ahí estaba él. Hermoso, interesante, perfecto. Pedí su mail, lo busque en facebook y ahí empezó nuestro contacto.

Empezamos a charlar en julio, lo hacíamos todos los días, hablábamos de todo, de nuestras vida, de cosas que compartíamos, era casi una rutina encontrarlo conectado. Cada día que pasaba, sabía que me estaba enamorando un poco más. En septiembre lo conocí en una fiesta, fue el día más esperado, por fin verle la cara al hombre al que le había contado muchas cosas importantes de mi vida. Claramente chapamos y a partir de ahí lo empecé a ver todos los fines de semana y nos pusimos de novios.

Nos amábamos con locura, realmente yo lo sentía, de su parte y de la mía. Llegó a decirme palabras que nunca voy a olvidar, cosas tan profundas, abrazos tan sentidos. Más allá de que somos chicos, era una relación súper verdadera. Por qué nos separamos, se preguntarán. La bajada comenzó cuando se me ocurrió presentarle a un grupo de "amigos" que yo tenía. En ese grupo estaba el, en ese momento, novio de mi hermana. Me había parecido una buena idea poder integrarlo a mi gente, eran pibes re copados, me imaginé que podíamos llegar a compartir muchas más cosas.

La cuestión es que mi ex empezó a hacerse cada día mas cercano con mis amigos, pasó de querer estar siempre conmigo, de extrañarme siempre, a salir jueves, viernes y sábados, a alejarse. Y mi error fue ponerme paranoica, sentir que lo estaba perdiendo, hacerle escenas pelotudas por boludeces. La sensación de estar perdiendo al amor de mi vida me cegó, no saben qué horrible.

Hasta que llegó el día que se cansó de mí: "necesito estar solo, pero te amo, sos la mujer de mi vida". Se me vino el mundo abajo. Él ya era otra persona, un tipo mucho más superficial, no quedaba casi nada del amoroso que yo había conocido. Y seguimos viéndonos, una vez por semana, con te amo de por medio, y yo seguía atrás como una tarada, pensando en que podía hacer que volviera. Y a medida que iba transcurriendo el tiempo, mi autoestima bajaba en picada. Era la sombra de lo que siempre fui. Hasta que dije basta, yo lo amaba, lo amo, con locura, pero no podía seguir llorando todos los días, sentirme la mas fea, las mas estúpida del mundo.

Ya pasaron 5 meses de ese basta, un basta en contra de lo que siento. Estuve muy mal, no comía ni dormía, hoy ya me acostumbré a vivir amando al amor de mi vida, al hombre perfecto, al pedo. No me puedo olvidar de él, no se si podré, espero que sí. Esto es lo más fuerte que sentí por alguien en mis cortos 23 años. Lo que más tranquila me deja es que, a pesar de mis errores, lo amé, lo cuide y lo respeté como a nadie. Nunca le mentí, siempre estuve detrás de sus gustos, de que le gustaba comer. Ojo, el también me cuidó un montón, pero me dejó por vivir una experiencia que nunca había vivido. Por formar parte de un grupo en el que la joda es denominador común.

Algún día va a encontrar otra mujer, pero no se si podrá encontrar alguien que sienta "ésto" que siento por él. Yo por lo pronto sigo soñando cada noche con su boca, su pelo, su sonrisa. Con su perfección. Muero por hablar con él, pero mi instinto de supervivencia me lo impide...

lunes, 23 de agosto de 2010

Nueva sección: Confesionario

O ¿cómo perder la dignidad en menos de cinco minutos?

Todos hemos hechos cosas de las que hoy nos avergonzamos luego de una ruptura, todos, sin excepciones. Lo único bueno es sacar algo productivo de ese desliz, de ese momento en el que no se piensa demasiado y se actúa por impulsos. Por eso, hoy nace esta nueva sección que intenta ubicarnos del otro lado del mostrador, por una vez dejemos de matarlos a ellos y recordemos las veces que nos tocó ser el ex odioso. Y como siempre, arranco con un texto referencial, hasta que ustedes se animen a mandar sus propias confesiones.

Mi primer confesionario arranca así:

Durante meses fui una ex patética, estaba enamorada y no entendía como una persona se despedía de mi, de un día para el otro, después de muchos años de relación y con tan sólo algunos días de discusiones, con un: "te amo, pero no puedo estar con vos, nos hacemos mal, pero te juro que te amo y jamás voy a amar a nadie como te amo a vos". Ok, y entonces, ¿para qué me dejás?... porque así no puedo seguir. Llanto, mucho llanto y explicaciones de por qué nuestra relación merecía pelearla juntos. No hubo caso, se fue, pero lamentablemente, volvíó, una y otra vez para torturarme, aunque debo reconocer, que no lo hacía con esa intención, ni él sabía que quería, o sí: salir con sus amigos, frecuentar a otras chicas y asegurarse que yo no estaría con nadie hasta que él termine de divertirse y decida volver.

Estos ex son los peores especímenes por una simple razón: te enloquecen, te queman la cabeza hasta agobiarte con tanta incertidumbre. El "te quiero pero no puedo estar con vos", mata, porque deja una puerta abierta que le da al otro el poder para cerrarla sistemáticamente todas las veces que lo crea necesario. Así estuvimos meses, años: sí pero no; te amo pero no puedo; ¿nos vamos a vivir juntos?... no, me dejé llevar, mejor no, disculpame (todo en la misma semana); sos la mujer de mi vida... necesito un tiempo (todo en la misma semana, nuevamente) y así con un sinfín de ejemplos. Volver una y otra vez con un ex enferma, porque la duda que ronda sobre los meses de separación es imposible de soportar.

Ya no sabés cuánto lo amás, pero te obsesionás, entrás en un juego donde, sin planearlo, él se convierte en un premio: vas a querer estar conmigo sí o sí maldito dudón. Una locura, hoy a la distancia no lo puedo creer. Como tampoco puedo creer todo lo que hice durante esos meses, años, donde mis amigos me miraban con pena, resignación y calculo, con vergüenza, pero siempre estuvieron ahí y fueron fundamentales para que éste presente sea tan distinto.

Durante mis días como ex, hice cosas patéticas como éstas:

- Llamé compulsivamente una y mil veces. En una ocasión me dejó (muy oportuno) un viernes, al otro día tenía una fiesta de disfraces, no podía creer que no estuviese llorando como yo, así que lo llamé sin parar, durante toda la noche para saber qué hacía en esa fiesta, obviamente su celular estaba apagado. El domingo al mediodía me llamó, creí que se había arrepentido pero su enojo del otro lado del teléfono denotaba otra cosa: "Nena estás loca, hoy prendí el teléfono y tenía 40 llamadas perdidas, ¿te pasó algo?".... Sí, me sentía muy mal, estaba enferma con fiebre en la cama (?)

- Una noche salí con amigos para despejarme un rato, corrí dos cuadras a un auto similar al suyo (nunca supe si era él realmente) porque el conductor iba acompañado de una señorita. Ante la duda, llamé a su celular y obviamente no me atendió. Terminé, incitada por mis amigos, saltando en una esquina cantando canciones divertidas, para no pensar... así que salté una hora como una loca de atar, llorando y cantando ante la vista de todos los que pasaban.

- En los momentos que estábamos juntos, aprovechaba cuando se iba a bañar y corría a revisar su computadora. Siempre desconfié, aunque me juraba que era incapaz de hacerme una cosa así... pero lamentablemente, siempre encontraba algo que me daba la razón. En éste ejemplo que citaré, una conversación con una chica salida de una sala de chat (?) La charla decía algo así:

Trola del chat:
¿Hace mucho te separaste?

Ex novio:
No, dos semanas.

Trola del chat:
¿Cuánto saliste?

Ex novio:
Cuatro años.

Trola del chat:
Guauu un montón, ¿por qué te peleaste? ¿todavía la querés?

Ex novio:
Sí, pero es muy celosa, me volvió loco. Bueno, cambiemos de tema, ¿cuándo nos vemos?


Increíblemente y con un dolor de panza indescriptible, me llamé a silencio y me quedé a dormir por un par de años más.

- Al menos cinco veces, lo llamé usando la misma excusa: "Ay perdón, marqué número rápido y sorpresivamente fue el tuyo, quería llamar a mi mamá para avisarle que llego tarde. Bueno, ¿qué contás? Y ahí arrancaba una conversación que seguro, derivaba en encuentro y por lo tanto, se desmoronaba mi estrategia: ¿no era que llegabas tarde a tu casa porque tenias cosas que hacer?


Patética, una y mil veces patética. Continuará...


¿Te animás a mandar tu confesionario?

jueves, 19 de agosto de 2010

La visión de ellos...

El mail arranca así: "Hola, obviamente mi nombre no es Alfred Juarez, pero me gusta tener una identidad secreta, casi casi un Superhéroe se podría decir (o el mayordomo de uno)". Así que lo respetamos y acá está su historia. Un post distinto, reflexivo, positivo...


Sufrí e hice sufrir. Amé y fui amado. Supe partir y también me dejaron. Y creo que en este momento de mi vida estoy parado en algún lugar donde no hay demasiados pensamientos. Justamente como dice la canción "Primero hay que saber sufrir, después amar después partir y al fin andar sin pensamientos". Y gracias a estar mirando todo desde este lugar, que aun estoy descubriendo, puedo darme cuenta de que no tengo malos sentimientos hacia mis ex.

Aclaro que hablo en plural porque ambas fueron importantísimas para mi, aprendí muchísimo de cada una y no hay "más importantes" en mi historia. No amé mas a una que a otra, cada una tuvo su momento en mi vida. Fui muy feliz y muy miserable con ambas y estoy agradecido de eso. No porque sea masoquista, sino porque creo fuertemente en los "males necesarios" y si sufrís por amor, es porque no dejaste de amar. Y darme cuenta de eso fue un paso enorme hacia la "libertad".

Hace 2 días me crucé en un pub con una de ellas, la primera (hacia 1 año y medio que no la veía), y cuando digo la primera lo digo con toda la amplitud de la palabra. Pero en vez de generar alguna sensación incomoda o negativa en mí, generó todo lo contrario. No dude en abrazarla y preguntarle cómo le iba con su vida. Está estudiando, en pareja y feliz, no te podés dar una idea de lo bien que me sentí al saber que ella está pasando por un momento tan lindo en su vida.

Creo que vale la pena mencionar que su pareja actual es la misma desde hace 4 años más o menos, justo el mismo tiempo que llevamos sin estar juntos. Si si, sé lo que estás pensado y la respuesta es SI, la ruptura de nuestra relación en gran parte fue por él. Si bien en un principio me costó superarlo, sobre todo por mi edad de aquel entonces, ahora puedo comprender que yo también tuve mucho que ver para que las cosas resultaran de esa manera, en aquel momento solo estaba concentrado en mi carrera y no tenía la habilidad de mirar un poquito hacia el costado para ver cómo estaban los demás, sobre todo ella que era la persona que amaba, y así fue. Hoy, gracias a dios, puedo verla, charlar con ella y sentirme bien solamente sabiendo que ella está bien, no necesito nada más.

Con mi ex más reciente, las cosas son un tanto diferentes. Más allá de que el tiempo que llevamos sin vernos es relativamente corto, como dije antes, el momento de mi vida era completamente distinto. Nos encontramos en un momento muy especial para los dos, las cosas se fueron dando de manera casi mágica, el primer año viví en las nubes, se podría decir que toqué el cielo con las manos. Pero como en la mayoría de las relaciones, las cosas se complicaron demasiado, a tal punto de lastimarnos sin razón, por el solo hecho de hacerle mal al otro. Dos estúpidos importantes. La misma piel siempre actuó como un imán, y por eso nos costó tantas lágrimas y tantas noches sin sueño poder alejarnos. Fue muy difícil para ambos.

No encuentro razones para hacer comparaciones entre ellas, no amo ni odio a ninguna de las dos. Simplemente estoy agradecido con ellas por dejarme ser parte de sus historias, saber que tanto como yo a ellas, me van a llevar siempre en un rinconcito del alma, saber que sin mí en su pasado no serían las mismas mujeres actualmente.

Y aquí estoy hoy, esperando por la próxima mujer que tenga ganas de romperme el corazón, sin miedos, sin motivos para no animarme, sin desesperar, sin enloquecer... con cicatrices como todos, pero con muchas ganas de hacerla feliz.

miércoles, 11 de agosto de 2010

¿Algo más?

Por cuestiones que notarán al final del relato, la protagonista pidió reservar su identidad. Les recomiendo que lean hasta el último párrafo, es una historia increible.

Corría el año 1997, llego mi cumpleaños y yo pensaba: "Qué horror, 30 años y con el pescado sin vender". Se nota que mi hermana pensó lo mismo porque en complicidad con una amiga mandaron un mensaje a la radio de moda en mi nombre. El programa era de solos y solas, así que durante la hora siguiente me vi forzada a desconectar el teléfono que sonó toda la noche, la madrugada y los días siguientes. Pasados un par de meses del episodio, el día de la primavera me llama un tal Osvaldo y me dijo que había escuchado mi mensaje y que si no me molestaba quería charlar un rato. Como para ese entonces ya había salido con un par de los muchachos candidateados, acepté.

Según me cuenta trabajaba en una empresa de transporte con sede en la pampa y claro por el momento no podíamos vernos. Pasaron los meses, llegó diciembre y yo estaba re enganchada. Hablábamos todos los días a las 21, horario que siempre respetábamos. Para enero, yo proyecto vacaciones con mi mamá en Córdoba , y él se sorprendió que no le avisara con tiempo pero la realidad es que yo ya tenía dudas, ¿si trabajaba en una empresa de transportes no podía tomar un micro el día franco y venir a Buenos Aires a verme, al menos por unas horas? Él se dio cuenta de mis dudas y me dijo que me mandaría una carta contándome sus verdaderos motivos. Ya me la veía venir...

Así fue como a la vuelta de mis vacaciones, me encontré con la bendita carta. La confesión fue increíble, Osvaldo estaba de ''vacaciones" en el penal de Caseros. Lo primero que pensé fue: ¿por qué a mi? y la verdad que justo en esos meses me había quedado sin trabajo y estaba muy vulnerable, por lo que no pude cortar la relación sin antes ir a verlo. Un 6 de febrero lluvioso que se inundó la cuidad partía al penal para encontrar una explicación a tantas mentiras. La tarde terminó a los besos y yo perdida por aquel tipo feo y preso que me había robado el corazón.

Pasaron largos meses hasta que conté la verdad en casa y ése fue otro drama. Tres años después de superados todos los trances, miles de visitas y mucha plata gastada en víveres para que viva un poco mejor, salió con salidas transitorias, empezó a trabajar en el negocio familiar y se recibió de abogado mientras que yo a su lado, me sentía una heroína por haberlo rescatado. Luego su papá se enfermó y ahí estuve condicionalmente, como siempre. Una vez que su padre murió, nos mudamos con su mamá, una señora que parecía muy indefensa con 73 añitos y un par de meses después, vino la gran novedad: íbamos a tener un bebé.

La vida siguió su camino normal, más plata, menos, buenos tiempos, malos, mi nene empieza el jardín, sigue creciendo, hasta que un día él pierde el trabajo y es el principio del final. Estar sin trabajo es sumamente complicado y estresante, motivo por el cual la libido baja pero cuando nunca se recupera algo pasa. Y como toda buena fémina que conoce los signos que los caballeros expresan ante una infidelidad, comencé a prestar más atención, ahora mirando hacia atrás y con la verdad sobre la mesa, no puedo creer cómo no me di cuenta antes.

Pero en junio de 2007 algo pasó, una carta olvidada en un cajón donde lo felicitaban por el día del padre, si , pero ojo no cualquier padre sino un papito... de un nenito de 18 añitos. ¿Creen que tenía un hijo perdido? No, era mi contrincante y de sexo masculino. Fueron tantas las cosas que le dije, los insultos pero lo más grande fue mi sorpresa. Como no era mi casa, no pude echarlo pero desde ese día sólo fuimos extraños bajo un mismo techo y sólo funcionábamos como pareja ante eventos sociales.

Meses después me confesó su bisexualidad ''desde siempre'', pero nunca se fue de casa. Desde ese tiempo pasaron algunos amantes por mi vida pero un día como hoy, hace justo un año, mi suegra cumplía 80 años y festejando en familia mi cuñada de modo gracioso dice: "Tendrían que buscar un hermanito para el nene''. Justo ahí caí en en la cuenta de lo bien que nos salia la farsa de la familia perfecta y no quise más. Fui yo la que enfrentó y salió adelante de una fea historia, la de la casa linda, el nene en buen colegio, el auto nuevo y la perra labradora pero era todo una ilusión.

En septiembre cumplo un año de mi vida verdadera, de no mentir más, de ser libre, claro que para algunos soy la loca que dejó al maridito perfecto. Pero la loca está bien, sola y tranquila con un hijo hermoso, la casa y la perra. Y mi ex... sigue correteando muchachos y dada las condiciones, pronto mi ex suegrita tendrá nuevo yerno. Qué lo disfrute.

martes, 10 de agosto de 2010

Acá estoy, pese al temporal...

Pidieron anonimato y lo vamos a respetar. "Estas son dos cartas que nunca me animé a darle a mi ex, pero querría compartirlas con ustedes, a ver qué opinan", explica la protagonista de esta historia que aún no tiene final, que aún espera una señal, que aún sueña con que puede ser posible...


Marzo de 2009

Rompí la cadena que me atrapaba a tu persona físicamente, pero no la rompí con la fuerza de mi persona, sino que la oxidé con las lágrimas que perdí llorándote. Me cuesta creer, que no nos vamos a volver a besar como si quisiéramos arrancarnos los labios, que no me vas a volver a abrazar, que no me vas a ver llorar con las películas románticas ni asustada con las de terror, me cuesta horrores saber que no te voy a cocinar más, que no voy a ir a tu casa a tirarnos a la cama y mirar tele o simplemente acostarnos y sentir el aroma de cada uno uniéndose, me duele tanto saber que no voy a volver a tomar tu mano mientras te miro y te digo te amo, y me quiebra saber que nunca volveré a escuchar salir de tu boca un "te amo yo más". Imaginar que no vamos a cumplir otro mes juntos, saber que no voy a tener que llamarte a tu celular, para decirte que llegué como lo hacía siempre después de volver de tu casa, o vos de alguna salida con amigos. No saber qué hacer con la alianza, con la infinidad de mensajes que guardé, y con el collarcito que me diste, que para mí es el mismísimo rosario. Saber que no te voy a tener más conmigo, me invade un terror inmenso, ni siquiera puedo llamarlo terror, es muchísimo más grande, muchísimo peor... saber que hoy en día no caminamos el mismo camino juntos, saber que yo camino por otro lugar que no es con vos ni vos conmigo, me parte el alma, la sensación espantosa de separación es increíble, pero es peor la angustia de estar colgada de un hilo, ese hilo de "esperanza" si así se lo puede llamar, por creer que me ibas a necesitar con vos otra vez, que ibas a volver diciéndome que me extrañabas, pero eso no era lo que iba a pasar, eso era lo que yo quería creer, quería escuchar, quería pensar, quería vivir... me siento tan insignificante hoy. Esa ilusión humana, jamás real, ese pensamiento de alguien completamente enamorado que piensa que todo va a ser como antes, que vas a volver diciéndome cuanto me extrañás, esa cosa que la cabeza inventa, recrea, piensa y quiere. No te guardo rencor, no te guardo odio, jamás podría hacerlo igual. Te guardo amor y el recuerdo más dulce de mi vida, vos y yo besándonos, como yo quisiera que fuera... una vez más. Pero sé que ése momento la vida no me lo va a regalar, no ahora, no en un rato, no en un año. ¿Quién sabe si la vida nos vuelve a cruzar, y se que si nos reconocemos, nos vamos abrazar pidiéndonos perdón aunque no nos salgan de la boca las palabras. Y pensar que todavía... tengo la alianza puesta.

30 de Mayo de 2010


No sé que me pasa, ni por qué. Me cuesta todo esto. Me cuesta la idea de saber que vos nunca estás para mí, pero yo siempre estoy para vos. Me es difícil decirte que no, enojarme con vos, o simplemente no hablarte. Porque veo tu nombre en mi celular y enloquezco. El ritmo cardíaco es incontrolable. No puedo (pero creeme que quiero) amoldarme a vos. No sé si estoy bien así. No entiendo qué es lo que querés de mi y eso también me confunde. A veces siento que estamos bien, pero de un momento para el otro... se nos va todo al carajo. Nos alejamos, no hablamos más por un tiempo, y cuando me hago a la idea de no saber más nada de vos, de no jugar más tu juego, de permitirme ser feliz con alguien más... Aparecés. Y me das vuelta el mundo, me rompés los esquemas, todo y otra vez frialdad de tu parte. Estamos encerrados en un círculo vicioso, donde yo soy tu juguete y cuando se me termina la pila te vas. Volvés, me la cambiás, jugamos de nuevo y cuando se termina... te vas. Lo que más me duele es no tener los ovarios para decirte esto en la cara, no tengo el valor de enfrentarte porque tengo temor de perderte. Y sé, por más que me duela aceptarlo, que nunca vas a ser completamente mío. Que siempre hay más de una mujer en tu vida, porque sos así, te acepté así y te amo así. Porque prefiero ser la que te tiene después de todas antes que no tenerte. Prefiero verte de vez en cuando, antes que no saber nada de vos. Hace tres años que mi vida es otra, gracias a vos o por culpa tuya. No sé cómo decirlo. Pero que no quepa ninguna duda que sea cuando sea, yo te voy a estar esperando. Ocupás una parte importantísima en mí. Nunca, nadie en mi reputísima vida, va a significar lo que vos sos para mí, porque nadie me hizo el amor como vos. Nadie. Te amo, y eternamente gracias por cada momento con vos, en mi cama, en el piso, viendo tele, durmiendo. Cada respiración, cada mimo, cada vez que te dormís cuando te acaricio, cada vez que me mirás a los ojos y no decimos nada pero decimos mucho. Cada beso, cada mordida. Volvé, cuando quieras, sabés que te estoy esperando.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Salieron los ex de abajo de las baldosas (I)

Menos de una hora de televisión bastaron para que llegaran disculpas del pasado...


- Novio de la adolescencia (vía Facebook):
¿Sos Pao, la de la escuela XX?
-
Capitana:
Sí, ¿qué hacés tantos años?

- Novio de la adolescencia:
Te vi en el programa de Pettinato, ¿creaste ése blog por mi?
-
Capitana:
Salimos dos meses, pasaron quince años, no te vi nunca más. No.

- Novio de la adolescencia:
No me acordaba que te había hecho tanto mal, uno cuando es chico no mide, te quiero pedir disculpas a vos y a toda tu familia porque me abrieron las puertas de tu casa y yo no me porté bien.
-
Capitana:
Quedate tranquilo que ya lo superé hace más de quince años, qué estés bien. Te mando un beso.


Y después dicen que la televisión no sirve para nada.... ya cayó el primero. Hay más...

martes, 27 de julio de 2010

Lo logramos: matamos a los ex en tevé!

Para los que no pudieron verlo:









Gracias a todos por sus saludos y mensajes cargados de buena onda, al aguante en Facebook, en Twitter y en mi otro blog. A sus visitas que multiplicaron por mil a la media diaria y a los muchos correos de hombres y mujeres que llegaron confiando sus historias. En breve serán publicados...

Espero haber colmado sus expectativas y el lunes, seguiremos matando ex en Mañaneras.

lunes, 26 de julio de 2010

¿Querés matar a tu ex en televisión?

¿Te cansaste de maldecir a tu ex; te rompió el corazón y merece justicia; sentís deseos de lastimarlo pero no querés ir presa?

En unas horas, tendrás la oportunidad de desquitarte ante miles de espectadores, porque hoy estoy invitada al programa de Roberto Pettinato para hablar sobre el blog.

Así que les propongo, entren a la página de Un mundo perfecto en Facebook, para escrachar a sus ex en vivo que si Peti se copa, los podemos nombrar... Hay que cerrar las historias, pero a veces sin sangre no se puede.

No se cuelguen, a las 22 por América*





*Para màs datos pueden visitar: www.capitanadelespacio.blogspot.com

lunes, 19 de julio de 2010

martes, 6 de julio de 2010

Ni siquiera hay que ensuciarse las manos...

Desde el otro lado del océano nos llega una nueva historia. La protagonista de la historia es una amiga de la casa, LS y lo mejor de su historia es el final, no se lo pierdan.



Aun recuerdo el día que lo conocí. Me pareció el hombre más estupendo de la tierra. Me lo presentó una amiga en común que teníamos. Él estaba enfermo, trasplantado de pulmones y por este motivo se había ido a vivir a otra ciudad. Nos enamoramos, o eso creo, por lo menos yo me enamoré, nos fuimos a vivir juntos. Lo dejé todo, trabajo, casa y amigos.


Los primeros meses de convivencia fueron buenos, alguna que otra discusión porque su familia se metía mucho en nuestra casa, pero todo bien. Han pasado ya casi 3 años de no estar a su lado y mi memoria aún me va recordando situaciones que me hizo vivir:


- No quiero que adelgaces, así ningún hombre te mira, cuando yo te conocí usabas una talla 40.

- Te prohibo que leas más de un libro por mes.

- Tú en el trabajo lo que tienes que hacer es estar al margen de todo y no hablar con nadie.


Poco a poco fue apagando mi luz y no me dí cuenta hasta después de tres años.

Él, al estar enfermo, tomaba muchas medicaciones, se las preparaba yo. Limpiaba la casa porque no podía haber polvo, cargaba las bolsas del super, cuidaba a los perros y mantenía la casa. Todo eso porque él no podía trabajar. Con el tiempo me enteré que tenía una cuenta donde cobraba una pensión, aún así no aportó nada en la casa, ni siquiera económicamente.


El otro día mi amiga me dijo algo que me había dicho mi madre cuando le dije que cortamos: “Tiene todo el perfil de maltratador, ¿Nunca te pegó?” Y no, jamás me pegó, pero sí me hizo maltrato psicológico. Claro que me di cuenta 3 años después.


Me echó de su casa cuando terminó todo, me dejó tan mal que no podía ni siquiera ir a trabajar y terminé con 30 miligramos de Diazepan sin entender realmente lo que pasó. Aún así seguía teniendo dependencia, pensaba que no podría hacer nada con mi vida si él, nadie estaba a mi lado puesto que al haberme prohibido que me juntase con otras personas no tenía ni a dónde ir ni con quién hablar ni hacer nada de nada.


Ahí es cuando mi ave fénix surgió de dentro y me dijo “es hora de volver a terapia”. Han pasado 3 años y aún no he podido construir mi vida con una pareja estable, aún me duran los miedos por su culpa. Cambié de trabajo, volví hacer cosas, tengo unos amigos estupendos, los verdaderos amigos que tenía de antes volvieron a mi vida, yo volví a nacer. Y uso una 38 de pantalón.


Lo que me consuela es saber que por suerte no podrá hacerle sufrir todo el infierno que me hizo sufrir a mí, a otra mujer nunca más. No puedo decir matemos a mi ex, porque él murió de verdad, pero me jodió hasta el último momento haciendo mi existencia más insoportable si cabe:


Murió el mismo día de mi cumpleaños.

martes, 29 de junio de 2010

Y si al fin es amor...

La protagonista de este post pide que por favor guardemos su anonimato, es lógico, la historia transcurre en tiempo real, aún hoy quedan vestigios de ése amor que no pudo ser... ¿o quién sabe?


Corría el año 2002, cuando lo conocí. En ese momento yo tenia 19 años y un hijo de casi dos años, de mi primer novio. Fui madre soltera porque el papá se borró y me costó mucho, recién estaba empezando a salir nuevamente, me había anotado en un sitio de chat y así lo conocí.

Mi ex tenia 21 años, cursaba su último año en licenciatura en sistemas y su vida tenía poco que ver con la mía. Yo era una chica "normal", trabajaba 8 horas como telefonista, estudiaba libre las materias que debía de la secundaria y pasaba todo el resto del tiempo con mi bebé. Él, en cambio, era un chico "bien", de buena familia, de alta sociedad. Su padre era muy adinerado y distinguido. Él nunca había trabajado, sin embargo tenía auto, tarjetas de crédito, vacaciones en Punta del Este con sus amigos y gastaba más dinero en un fin de semana de lo que yo tenia en un mes.

Sin saber nada de su condición social, me enamoré a primera vista. A los tres días ya estaba loca por él, nunca me había pasado nada parecido con nadie y nunca más me pasó. Pasamos 4 años juntos, muy felices, pese a que su familia nunca me aceptó, jamas fui invitada a ningún evento, ni presentada como su novia. No era bienvenida en su casa y sus hermanos ni siquiera me saludaban cuando me veían.

Sin embargo, nosotros éramos felices. Durante esos cuatro años, él se recibió y comenzó a trabajar como gerente en una gran empresa mientras que yo seguía trabajando en lo mio.
Su familia pensaba que él merecía algo mejor que yo y lo que más les molestaba era mi hijo. Nada nos importaba.

Un día
como cualquiera, llega a mi casa con un anillo para pedirme matrimonio. Fue uno de los días más felices de mi vida y por supuesto, acepté inmediatamente. Pasaron los meses e íbamos planeando la boda, pagando los preparativos, el vestido, las alianzas, el salón, ya faltaba poco, un mes para la fecha, enviamos las invitaciones por correo, fuimos a la charla pre-nupcial, hicimos el ensayo en la iglesia, contratamos a un coro, ya no quedaba nada y estábamos felices hasta que todo se derrumbó...

Vino a mi casa con muy mala cara y me dijo una frase que aún recuerdo: quiero cancelar la boda, porque mi familia no piensa asistir y sin ellos, así no me puedo casar.

No se pueden imaginar lo que sentí... y ese día cortamos. Yo no podía entenderlo y tampoco podía enfrentar la humillación de decirle a todos mis amigos y mi familia que la boda no se hacia pero que igual seguía con él. Pasamos tres meses separados, hasta que un día me lo vuelvo a cruzar, sentí que me moría. En menos de quice minutos ya estaba nuevamente en sus brazos, pero yo no quería seguir siendo su novia eternamente y mi idea era que el trate de revertir la situación a la que su familia lo exponía rechazándome.

Pero duró poco, nuevamente pusieron mil trabas a nuestra relación, no aguanté más ver como él no podía hacerles frente y cortamos.
Meses después, se casó con quien su familia siempre había querido y tuvieron un hijo. Yo no lo sabía y él seguía mandándome mails y mensajes diciendo que me extrañaba y que yo era el amor de su vida. Así que cambié de teléfono y de email. Un año mas tarde, me tocó a mi: me casé y tuve un bebe.

La historia podría haber terminado ahí, cada uno viviendo como puede con su familia pero no... nos hemos visto de casualidad muchas veces en estos meses, vivimos en una ciudad muy pequeña y para qué contar las escenas, si hasta hemos llorado al vernos.
Pero la frutilla del postre llegó hace poco, mi marido se conecta un día a su cuenta en Facebook y encuentra un mensaje privado de una señorita, preguntándole si era mi marido. Él responde que sí, y acto seguido ella le dice que desconfíe de mi, que había encontrado mails que su esposo me mandó y que en esa época ella ya estaba casada con él. Mi marido preguntó las fechas y se dió cuenta que en ese momento nosotros ni siquiera nos habíamos conocido. Por suerte me evité un problema.

Pero no conforme con eso, he recibió muchos mensajes privados de ella en Facebook insultándome y culpándome de que su matrimonio esté fracasando, hasta que un día me cansé y llame a mi ex. Le pedí que por favor hable con su mujer para que deje de molestarme y ahí mismo él se enteraba que su esposa había violado su privacidad leyendo su correo y que me estaba amenazando. Pero en vez de enojarse con ella, lo único que me preguntaba era si lo extrañaba...

Ésta es mi historia y es muy triste. Estoy casada con el hombre de mi vida, pero no con el amor de mi vida. Tengo momentos de felicidad, pero siempre está mi ex, como una sombra y sé que para mi él es igual. ¿Cómo se supera?


Y para matizar, un tema que cae como anillo al dedo...

jueves, 17 de junio de 2010

Qué te llegue tu merecido...

Mientras huecas como Victoria Vanucci se ríen de las mujeres golpeadas en la tapa de una revista, muchas mujeres conviven con el infierno de la violencia familiar. Y como este blog se trata sobre exterminar a los ex, éste lo amerita más que el resto. Con ustedes, la historia de Carlita, una chica valiente que lucha a diario para librarse de su cruz.


Todo empezó más o menos hace un año, mi ex y yo trabábamos juntos, después de tirarme onda, mantuvimos una charla y ahí empezó la historia. ¿Para qué me pregunto hoy?...

Todo parecía maravilloso, salvo que al principio seguía con su ex novia, entonces yo fui una estúpida, pero al cortar con ella por mí, según él, éramos la pareja más linda que nadie haya visto. Aunque las cosas dentro no eran normales, debí verlo.

Un día tuvo un ataque de celos, me encerró en el baño y me insultó de arriba a abajo, lastimándome con sus palabras. La relación siguió su curso como si nada, yo seguía siendo más estúpida todavía. Lo peor comenzó unos meses más tarde cuando, a los seis meses de relación, nos peleamos muy mal y hubo insultos y agresiones físicas de por medio, celulares estrellados y peleas con mi familia.

Nunca imaginé vivir semejante infierno y aunque quizás fue culpa mía nunca busqué semejante relación. Empecé a ir al psicólogo al darme cuenta que la persona que había en el espejo no era yo misma y quería recuperarme, obviamente él siempre me ponía trabas. Nuestra relación nunca terminaba porque por alguna razón le creía, hasta que un día todo se desmoronó, me dí cuenta que nunca le había importado mi vida y mucho menos nuestra relación, que me había alejado de todos mis seres queridos en el término de meses y que pretendía que mi familia me dejara en la calle con tal de ser el único que pudiera ayudarme y convertirse así en mi príncipe azul.

Me doy cuenta que fue culpa mía haber mantenido una venda en mis ojos por casi un año, pero nunca fue mi intención sentirme así, nunca fue mi intención sentirme al borde de la muerte porque la situación era insostenible, las pocas ganas de vivir me ganaban de mano, no veía esperanza en nada, lo más triste que ni siquiera la veía en los ojos de mi hija de 6 años que estaban cansados de verme llorar y creo que vislumbraban mi desesperación aunque sin entenderla.

Me dí cuenta que lo valioso lo tenía en casa, que él era una persona que aunque tenga que verlo a diario dentro de poco tiempo cuando él vuelva al trabajo, debería ponerme fuerte y sentirme lista para que la fuerza que me dieron mis seres queridos no permitan que alguna vez se vuelva a acercar a mí, mucho menos se atreva a hacerme daño.

Y ojalá sea como dicen que todo vuelve. Que él logre sentir lo que yo sentí a causa suya, que se vea miserable, acorralado y sienta que no vale nada. Quizás así logre darse cuenta que la vida es hermosa, pero él es pobre, porque no tiene gente que le de fuerzas como a mí, entonces esa será la venganza, no mía sino de la vida...